Durante el proceso participativo, se han recibido un total de 570 propuestas para adaptar esta norma, aprobada hace 18 años, a las nuevas realidades de la ciudad.
Durante cuatro meses se han hecho encuentros en todos los distritos de Barcelona, en los que se ha recogido el 76 % del total de aportaciones; el 24 % restante se ha hecho desde la plataforma Decidim. Barcelona. Entre las conclusiones principales está la necesidad de mantener la ordenanza vigente y actualizarla para hacer frente a los nuevos retos de convivencia.
Las conductas que causan más molestias son las pintadas y los grafitis, el consumo de alcohol en la vía pública, hacer necesidades fisiológicas en la calle, las infracciones viales de vehículos de movilidad personal y motocicletas, y las actividades molestas vinculadas a licencias autorizadas.
Al mismo tiempo, la ciudadanía ha pedido una aplicación efectiva del ordenanza. Se ha solicitado más presencia policial para detectar y sancionar las conductas incívicas en tiempo real, así como optimizar el uso de los agentes cívicos, la instalación de más cámaras de videovigilancia, y aumentar las sanciones y el importe de las multas.