Votar por una Barcelona más accesible e inclusiva

30/04/2021 - 11:58

Elecciones IMPD. El Instituto Municipal de Personas con Discapacidad (IMPD) trabaja para que Barcelona sea una ciudad accesible e inclusiva. Este año 2021 se elige a las personas que formarán parte del nuevo Consejo Rector del IMPD.

Las personas con diversidad funcional tienen derecho a escoger este junio a sus representantes en el Consejo Rector del Instituto Municipal de Personas con Discapacidad para defender sus derechos.

Vicenta Pechuán tuvo problemas para andar desde que era muy pequeña. Siempre fue coja. A los 58 años, descubrió que tenía un hueso del tobillo fuera de sitio. “He vivido con tanto dolor que veía las estrellas. No tengo tacto, ni ninguna estabilidad. Me he caído 58.000 veces. Cuando piso, no sé exactamente dónde lo hago. Tengo una discapacidad del 82 %. Llevo una prótesis de rodilla, voy con andador y, si salgo de casa, me muevo con la silla de ruedas eléctrica”, expone Vicenta, justo después de haberse vacunado contra la COVID-19 en su ambulatorio.

Cuando era joven, esta luchadora de 88 años participó en una batalla vecinal para conseguir una escuela de adultos en Sant Andreu. “Si no luchamos por nuestros derechos, nadie nos escuchará. Y ahora toca luchar por la accesibilidad. La ciudad ha mejorado, pero todavía te encuentras con muchas dificultades. Las calles son estrechas. Te encuentras ascensores en las paradas de metro que a veces no funcionan o estaciones de Cercanías no adaptadas”, manifiesta Vicenta, a quien le encanta hacer salidas y visitar museos.

Una de las maneras que tiene para luchar es votar para escoger a las personas que representan a los colectivos con diversidad funcional de Barcelona en el Instituto Municipal de Personas con Discapacidad (IMPD). El próximo 21 de junio se sabrá quiénes serán los diez miembros del Consejo Rector del IMPD. De manera directa, pueden escogerlos casi 140.000 ciudadanos y ciudadanas barceloneses que tienen legalmente reconocido algún tipo de discapacidad. Puedes seguir todo el proceso y votar en este sitio web, habilitado expresamente por el IMPD y Decidim Barcelona.

Estos diez miembros constituyen la mitad del consejo (la otra mitad son representantes designados por los grupos políticos), y se distribuyen en función del peso proporcional en la población de cada tipo de discapacidad: cinco de los diez representantes hablan en nombre de las personas con una discapacidad física; dos representan a las personas que tienen un trastorno mental y, finalmente, tres representantes defienden los puntos de vista de las personas con discapacidad visual, intelectual y auditiva (uno para cada grupo).

Mayor participación

En las últimas elecciones del Consejo Rector, en el 2016, participaron 2.141 ciudadanos. Movilizar al electorado no es sencillo. Lo dificultan dos factores. En primer lugar, el Consistorio como tal no dispone de un censo electoral: la Generalitat de Catalunya acredita la discapacidad y tiene el censo de las personas con discapacidad de la ciudad, y no puede ofrecer este censo por motivos de protección de datos. Por lo tanto, el Consistorio parte de un censo parcial con los datos de las personas con discapacidad que han solicitado algún servicio en el IMPD o en el Ayuntamiento a través del Sistema de Información de Acción Social y de las que participaron en las anteriores elecciones. Además, muchas personas acaban siendo dependientes por una razón de edad, y en caso de participar en el activismo y de buscar representatividad, tienden a hacerlo mediante los colectivos de personas mayores.

Al comentar estas dificultades, el secretario jurídico del IMPD, Antoni Galiano, augura que, en estas elecciones, la participación será superior. “La tecnología facilita que lleguemos a un público más numeroso, el canal telemático ayudará a que la gente pueda votar”, apunta. El objetivo es incrementar la participación hasta los 3.000 sufragios.

Es posible votar por internet del 1 al 16 de junio. Después de este periodo, todavía quedarán tres días, del 17 al 19, para poder hacerlo de manera presencial en la sede del mismo IMPD.

Vicenta no sabe todavía a quién votar. “Me tendré que informar”, dice.  Ahora ya puede acceder a la información de las candidaturas y participar en los debates abiertos.

Más candidaturas que sillas

Las candidaturas que concurren a estas elecciones se presentaron el 22 de marzo. Galiano se muestra muy satisfecho porque para cada uno de los colectivos hay más de una candidatura.

En el caso de la discapacidad física u orgánica, que dispone de cinco de los diez puestos en el Consejo Rector del IMPD, hay cuatro candidaturas, dos conjuntas y dos individuales. Se trata de «Barcelona también es nuestra» —integrada por Carme Riu, Bertrand de Five, Vanessa Fuentes, Àngel Urraca y Neus Mora— y de «Nuestros derechos, nuestra prioridad. Por una Barcelona para todo el mundo» —de la que forman parte César León, Ana Suñé, Xavier Duacastilla, Leticia Esporrín y Antonio de Senillosa—. Las candidaturas individuales corresponden a Javier de Oña y a Oriol Roqueta.

Para representar a las personas en situación de trastorno de salud mental, que tienen derecho a dos puestos en el consejo, las candidatas son Marta Delgadillo y Raquel Montllor.

Con respecto a la discapacidad intelectual, que dispone de un solo puesto en el consejo, se han presentado cuatro candidaturas, todas individuales: Montserrat Vilarrassa, Carles Mariné, Miquel Serra y Carme Piquer.

Encarna Muñoz y Rafel Tixé batallan por la representación de la discapacidad auditiva, mientras que Anaïs Garcia y Francisca García por la representación de la discapacidad visual.

Principales preocupaciones

¿Qué es lo que más preocupa a todos estos colectivos? Hay inquietudes que son específicas de cada ámbito y otras que son comunes. Por ejemplo, la accesibilidad cognitiva, que significa hacer comprensibles los mensajes, inquieta sobre todo a las personas con discapacidad intelectual. Hacer visible el autismo y promover la asistencia personal son dos de las promesas electorales, por ejemplo, de Raquel Montlló.

Pero hay reivindicaciones que impregnan todas las promesas: la no discriminación en la educación, la cultura, la comunicación o el deporte, la inclusión laboral, el acceso a la vivienda o la movilidad accesible. “Me preocupa la soledad, hacen falta programas de proximidad”, apunta la psicóloga y nadadora paralímpica Anaïs Garcia. Carmen Piquer enfatiza que las mujeres sufren una doble discriminación por ser mujeres. Montserrat Vilarrasa menciona la importancia de combatir el acoso (bullying) e, igual que Carles Mariné, reivindica el derecho a trabajar en empresas ordinarias, que sepan respetar los ritmos de cada uno. “No siempre se escuchan nuestras necesidades, queremos la oportunidad de participar en la sociedad”, resume Miquel Serra.

Según Carme Riu, más del 75 % de la población con discapacidad no trabaja y vive de algún tipo de pensión o ayuda. El reconocimiento como población pobre es uno de los temas de debate, así como el cumplimiento de las leyes. “Queremos que todas las obras públicas sean accesibles. El estudio técnico dice que lo son, pero después se hacen y no lo son”, critica, mientras presenta la candidatura.

Para quien no puede andar, las barreras arquitectónicas son una de las grandes pesadillas. A Jordi Aleu, de 60 años, le preocupa que su madre no pueda ir en metro. Y que sea difícil encontrar trabajo. “Sí que votaré. Lo haré en persona. Claro que es útil votar, todo el mundo quiere mejorar la accesibilidad”, manifiesta. Jordi, hijo de Vicenta, tiene una discapacidad intelectual. Después de pasar por varios talleres ocupacionales, ahora trabaja en el mismo instituto. “Hago encargos, atiendo a las personas en la entrada”.

Llamamiento a votar

El concejal de Infancia, Juventud, Personas Mayores y Personas con Discapacidad y también presidente del IMPD, Joan Ramon Riera, anima a ir a votar. “Para poder construir políticas públicas de accesibilidad y servicios para personas con discapacidad es fundamental hacerlo con diálogo y debate con las entidades, personas y colectivos del mundo de la discapacidad, si realmente ambicionamos una Barcelona para todas y todos”.  Para conseguirlo, Riera subraya la importancia de que tengan representatividad: “Hay que ir a votar, reforzar la candidatura que cada vecino o vecina con discapacidad considere que le representa y, en definitiva, construir democracia”.

Algunos candidatos, como César León, creen que hay que fortalecer el IMPD, que tendría que “trabajar más y entrar en el resto de las áreas del Ayuntamiento”. “Para mí, implicarme en el IMPD es una manera de luchar contra el autoestigma”, confiesa por su parte Marta Delgadillo.

Algunas de las personas que se presentan a las elecciones son ya actualmente miembros del Consejo Rector. Se trata de Carme Riu, Neus Mora, Bertrand de Five, como representantes de las personas con discapacidad física; de Montserrat Vilarasa, como representante del colectivo con discapacidad intelectual, y de Encarna Muñoz, del grupo de discapacidad auditiva, que reivindica “servicios más cómodos, seguros y fáciles de usar”.

La pandemia no está ausente de los programas electorales. “La crisis sanitaria afecta particularmente a nuestro colectivo, quedamos en la cola de las preocupaciones, quizás no en el caso del Ayuntamiento, pero sí en general”, comenta Francisco Javier de Oña al presentar su candidatura. Rafel Tixé pide más mascarillas homologadas transparentes, además de una educación inclusiva. El abogado Oriol Roqueta incide en la importancia de buscar recursos para hacer efectivas las políticas.

“Los problemas no se arreglan solo con dinero y con aplicaciones móviles, sino con concienciación”, opina Paquita Garcia, que sufre discapacidad visual, está jubilada y se dedica al voluntariado tras 36 años trabajando en los servicios bibliográficos.

Cualquier persona de más de 16 años empadronada en Barcelona (o si es menor, a través del padre, la madre o el tutor o tutora) puede votar si tiene legalmente reconocida su situación de discapacidad, con el grado de discapacidad que sea. O, en el caso de trastorno de salud mental, se requiere un diagnóstico psiquiátrico o acreditar que se recibe atención de un servicio de rehabilitación psicosocial o de otro servicio de salud mental.

El Consejo Rector decide, además de las líneas estratégicas maestras de actuación, el presupuesto de este organismo autónomo, que en el 2021 es de doce millones de euros. Algunos de los avances que el IMPD ha impulsado son ayudas para adaptar viviendas, pisos compartidos donde aprender a vivir de manera independiente, la creación de la cooperativa Diverscoop, donde personas con discapacidad gestionan quioscos en desuso de la ciudad, el 91 % de la red de transporte con itinerarios accesibles o más cincuenta personas que disponen del servicio de asistencia municipal.