Pensar la ciudad entre todas: los planes participativos

28/05/2021 - 09:57

Procesos participativos. La participación ciudadana y herramientas como Decidim Barcelona han llevado a la ciudadanía a poder abordar los temas de la ciudad que la afectan en su barrio, distrito y entorno. Damos un repaso a cómo incide la ciudadanía en los planes de ciudad.

Escuchar las inquietudes y necesidades de la ciudadanía, abrir el debate y trazar políticas aterrizadas en la realidad. Este es el sentido de que los planes de ciudad se diseñen de manera participativa. ¿Y qué aporta la participación ciudadana a la redacción de los planes de ciudad?

“Hay que vincular la ciudadanía al abordaje de los temas que la afectan, que sea una responsabilidad colectiva.” Dani de Torres, experto en políticas interculturales, ha trabajado en el Plan de interculturalidad de Barcelona 2021-2030 y explica que abrir el debate a la ciudadanía sobre cómo tenía que ser el plan ha servido “para que el máximo de personas puedan hacerlo suyo” y “para garantizar que lo que se aprueba no esté aislado de la realidad cotidiana de la ciudad”.

También afirma que involucrar el número máximo de actores y la máxima diversidad posible ayuda a la sostenibilidad de las políticas que se aprueban desde la Administración: “Si se incorporan una diversidad de voces y perspectivas y se buscan consensos, es más difícil que la propuesta quede sesgada o se tenga que modificar a corto plazo”.

Aun así, Dani de Torres explica: “No es muy común que los planes municipales reúnan tantas voces a través de procesos participativos”, como es el caso de Barcelona. De hecho, el Plan de interculturalidad de Barcelona es uno de los pioneros: la elaboración del anterior, el de 2010, ya fue el resultado de un proceso de participación ciudadana.

Diez años después, en 2020, se inició una renovación, que ha culminado en mayo de 2021. “Hacía falta uno nuevo, que fuera útil y adecuado a la realidad de la ciudad de ahora, que en diez años ha cambiado mucho con respecto a la interculturalidad”, tal como relata Núria Serra, jefa del Departamento de Interculturalidad y Pluralismo Religioso.

Una participación adecuada a los objetivos de cada plan

Oriol Recasens es técnico del Departamento de Ciencias y Universidades, que impulsa el Plan Barcelona Ciencia 2020-2023. Este plan se había aprobado el 10 de marzo de 2020, pero con el estallido de la pandemia, la realidad y las necesidades de la ciudad relacionadas con las políticas de ciencia cambiaron. “El estado de alarma lo cambió todo”, afirma Recasens, “y nos tomamos la situación también como una oportunidad de actualizar el plan”.

Una vez recogidas las nuevas propuestas de entidades del tejido científico barcelonés (centros de investigación, rectores de las universidades públicas de la ciudad, consejos asesores), “tomamos conciencia de la necesidad de incorporar también la voz de la ciudadanía”. Y se hizo de una manera “que no se había hecho nunca”, según Oriol Recasens: colgando el documento en el portal Decidim Barcelona y abriéndolo a enmiendas.

Reimpulsando el Plan de ciencia, “se promovió que la ciudadanía interactuara con el texto, lo revisara, hiciera propuestas directamente”. Han podido dar su opinión actores como el profesorado y dinamizadoras de centros cívicos, entre otros, que, a pesar de no dedicarse estrictamente a la ciencia, tenían muchas cosas que aportar desde su trabajo.

Con respecto al proceso participativo del Plan de interculturalidad de Barcelona, se han utilizado varios métodos de participación. Núria Serra enumera algunos: “Desde sesiones con entidades y colectivos organizados en torno al tema o sesiones abiertas a la ciudadanía no organizada, hasta encuestas y comentarios a través del portal Decidim Barcelona”. Serra destaca la participación de las trabajadoras y los trabajadores municipales en este proceso, cosa que ha permitido escuchar, más allá de las teorías o del debate desde la institución, “a personas que están en primera línea”, en contacto directo con la ciudadanía.

Y todo eso, en línea. En el Plan de interculturalidad de Barcelona la participación ya fue totalmente virtual a causa de las medidas sanitarias por la COVID-19. “Intentamos sacarle el máximo provecho al hecho de estar conectadas virtualmente”, resume Núria Serra.

Nuevos temas sobre la mesa

La participación ciudadana, asegura Oriol Recasens, “ha añadido una nueva capa a las propuestas académicas ya hechas previamente” del Plan de ciencia. Propuestas como la necesidad de apostar por el tejido científico emergente de jóvenes y estudiantes, o de situar el feminismo como una perspectiva clave, sobre todo después de la relevancia que han tenido los análisis y propuestas feministas durante la pandemia.

Las aportaciones de los vecinos y las vecinas también han sido muy relevantes en la elaboración del Plan de interculturalidad como, por ejemplo, en el énfasis que se ha hecho en la necesidad de una programación cultural y educativa en la que la diversidad en todos los sentidos sea un eje transversal: desde los museos hasta los polideportivos.

Actualmente la participación ciudadana continúa abierta con respecto a la definición otros planes de ciudad. Es el caso del plan “Cambiemos por el clima 2030” o el nuevo Plan para la justicia de género, que, como en los casos anteriores, utiliza la plataforma digital Decidim Barcelona como espacio central de la participación ciudadana.