La Guardia Urbana inicia este lunes una campaña para mejorar la seguridad en el transporte escolar. El objetivo de este dispositivo, que se alargará toda la semana, es reducir la siniestralidad, tanto en número de accidentes de tráfico como de víctimas. También se persigue conseguir que los vehículos de transporte escolar y de menores cumplan los requisitos obligatorios de seguridad y las condiciones administrativas que regulan su actividad.
Así, la Guardia Urbana controlará los medios de transporte que utilizan los alumnos de los centros de enseñanza, tanto los autocares y los autobuses destinados al transporte escolar y de menores como los vehículos comerciales que puedan realizar este servicio sin autorización.
En concreto, se vigilará que los vehículos dispongan de un título habilitante y las autorizaciones necesarias para ofrecer un servicio de transporte escolar y de menores, así como la ocupación de las plazas, que los conductores realicen los tiempos de descanso adecuados y que el vehículo haya superado las inspecciones técnicas.
La campaña de control prioriza los entornos de los centros escolares, pero se extiende a todas las vías de circulación de la ciudad, incluidas las rondas. Además, se centra en los horarios de entrada y salida de los centros de enseñanza.