La Guardia Urbana de Barcelona, como policía de la ciudad, tiene que asumir sus funciones desde la proximidad y con vocación de servicio a la ciudadanía y, al mismo tiempo, tiene que ser un fiel reflejo y un exponente de la ciudad a la que sirve.
Para conseguirlo, se debe alcanzar la integración de la mujer en los diferentes niveles funcionales y de responsabilidad de la estructura del cuerpo en una sociedad en que la mujer asume un papel cada vez más relevante en todos los ámbitos de la actividad empresarial, institucional y asociativa.
La incorporación de la mujer a la Guardia Urbana de Barcelona se produce en 1979, con 20 guardias. Transcurridos casi cuarenta años desde aquel inicio, la realidad es muy diferente y, actualmente, aproximadamente un 13 % de efectivos del cuerpo son mujeres. La cifra sigue siendo baja, pero aumenta año tras año fruto de las nuevas convocatorias de selección.
La apuesta por alcanzar la inclusión sistemática de medidas destinadas a promover valores y prácticas orientados a reforzar una igualdad mayor entre sexos y la integración efectiva de las mujeres en la Guardia Urbana, requiere la implicación de diferentes actores, tanto en las fases de diagnosis como en las de diseño y planificación.
Estos actores son, por ejemplo, las áreas municipales con incidencia en los procesos de gestión de recursos humanos o en la incorporación de la perspectiva de género en todas las áreas municipales y, como sujeto más importante, las mujeres y el resto de agentes de la Guardia Urbana, que son conocedores de primera mano de las dinámicas y características de la organización.
Como resultado del trabajo hecho, el Ayuntamiento de Barcelona ha puesto en marcha el Plan de justicia de género y los Planes de igualdad municipales. Algunos aspectos donde se pone el énfasis son los siguientes:
- Consolidación de estructuras institucionales de impulso a la igualdad de género.
- Aumento de la presencia equilibrada entre hombres y mujeres: revisión de los procesos selectivos de selección, fijación de tribunales de selección paritarios, etc.
- Minimización de la segregación vertical: replanteamiento de las pruebas físicas para acceder a ciertos grados del cuerpo, aumento de la visibilidad del personal femenino mediante diferentes actuaciones (charlas, Congreso Internacional de Mujeres Policías o Jornada Mujeres y Seguridad), etc.
- Mejora de las condiciones de presencia y desarrollo de las mujeres: cursos de formación internos, establecimiento de la perspectiva de género como contenido transversal en la formación de la Guardia Urbana, participación en protocolos contra la discriminación por razones de género, etc.
En las bases de la convocatoria de plazas del 2020 se incluyen diversas modificaciones con perspectiva de género. La más importante de todas ellas es que se reservan 112 plazas (de 282 en total) para mujeres. Ese mismo año, la Gerencia de Seguridad y Prevención pone en marcha una campaña de comunicación para propiciar que más mujeres se presenten a las convocatorias del cuerpo: “Somos mujeres. Somos urbanas”.
Entre otras acciones, organiza charlas informativas dirigidas especialmente a mujeres para explicar las opciones profesionales de la Guardia Urbana. La idea es detallar los recorridos e itinerarios profesionales sin diferencia de género que se pueden seguir, así como el sistema de oposición libre de acceso (requisitos de entrada y fases y pruebas del proceso).