08/07/2022 - 08:42
Participación juvenil. Lo han hecho en diferentes procesos de participación promovidos por el Ayuntamiento de Barcelona, como el Foro Joven o el Proceso Participativo de la Ciudadanía Adolescente, puntos de partida para la elaboración del Plan Joven que actualmente está en marcha.
Las jóvenes y los jóvenes toman la palabra con espíritu crítico para ayudar a construir un nuevo modelo de ciudad.
La participación es uno de los elementos centrales para dar respuesta a sus necesidades.
El Foro Joven, un conjunto de 12 sesiones deliberativas en las que participaron 99 jóvenes escogidos por sorteo entre julio y diciembre de 2021, ha sido uno de los procesos más ambiciosos con respecto a participación juvenil. Surgieron un total de 22 recomendaciones, de las que el gobierno aceptó 20.
Entre las propuestas que se harán realidad destacan la elaboración de una nueva campaña de comunicación que llegue a los medios y a influencers y un espacio en línea para acceder a todos los servicios para jóvenes, así como la ampliación de atención emocional y un nuevo canal de WhatsApp activo las 24 horas durante todo el año para dar apoyo emocional a los jóvenes que contacten a través de él.
El consistorio también trabajará para ampliar las plazas de formación postobligatoria y profesional y destinará el 30% de la vivienda pública a gente joven. Además, potenciará ayudas al alquiler como el bono joven.
Poco después del Foro Joven, que priorizó la emancipación, la salud mental y la educación, entre los meses de abril y mayo se organizaron otras sesiones participativas entre jóvenes y administración local para recoger propuestas de otros ámbitos como ocio y cultura, sostenibilidad, espacio público, asociacionismo y participación o deportes. Todas las sesiones quedarán recogidas en el Plan Joven que se está elaborando actualmente.
Combatir el adultocentrismo
Justamente, que los jóvenes tengan un papel activo en cómo diseñar la ciudad es uno de los ejes del Plan Joven que se está elaborando actualmente. Clàudia Folguera, referente de educación del Consejo de Juventud de Barcelona, ha participado en dos sesiones después de reunirse con entidades juveniles y reconoce que el Plan Joven 2030 “está muy bien sobre el papel y parte de dos ejes muy importantes como el de unos jóvenes protagonistas y emancipados y con recursos”.
En este plan se recogen conclusiones extraídas de procesos de participación como el Foro Joven o el Proceso Participativo de la Ciudadanía Adolescente, “pero habrá que ver cómo se aplica” a las medidas concretas, alerta Folguera, que ha estudiado Ciencias Políticas y tiene 21 años. “Se ven reflejadas demandas sobre justicia global, vivienda y empleo con un trabajo previo que quizás no se había visto hasta ahora”, reconoce.
Folguera, miembro del cau Aldaia de la Esquerra de l’Eixample, apunta a que “la demanda principal en todos los barrios desde el asociacionismo juvenil es la falta de espacios”, ya que muchas veces “los que ya existen no son cómodos ni útiles para la gente joven”.
Lo mismo sucede, según afirma, con los espacios de participación ciudadana adulta como los órganos de barrio, en los que ha intentado participar y ha recibido una respuesta adultocentrista que no invita a repetir la experiencia. “Eres una persona joven delante de muchas personas adultas y te dan una respuesta adultocentrista que te quita las ganas de volver. No son espacios cómodos ni útiles para los jóvenes”, asegura.
Salud mental y emancipación, prioridades
La técnica del Departamento de Juventud, Pilar Pascual, comenta cuáles han sido las principales preocupaciones que los jóvenes han expresado en los procesos participativos. “Las dificultades para poder emanciparse y los problemas de salud mental, como ya sabíamos, han sido dos de los temas más recurrentes”, explica.
“Ellos decidían la temática y nos sirve para recoger propuestas de acción que se incluyen en el Plan de Juventud, y también para organizar nuevos espacios donde promocionar la participación de los jóvenes”, explica Pilar Pascual. Una comisión de seguimiento comprobará que las demandas hechas se lleven a cabo.
El coordinador de proyectos de Democracia Activa, Orland Blasco, valora positivamente que el Foro Joven “sirvió para que los jóvenes vieran cómo funciona la participación” y también para “visibilizar los problemas de salud mental y ponerlos al primer nivel”. Impulsó, por ejemplo, la decisión del consistorio de ampliar el Konsulta’m —un servicio gratuito de seguimiento de salud mental de los jóvenes— más allá de los 22 años y abrir más centros.
Con respecto al Proceso Participativo de Ciudadanía Adolescente, en el que participaban adolescentes de entre 12 y 16 años en sesiones que se celebraban en escuelas o institutos, la emergencia climática era su principal inquietud. “Les preocupa el medio ambiente y piden también que haya más espacios públicos adecuados para ellos, ya que se sienten mayores para ocupar sitios de niños y tampoco se sienten cómodos en espacios para jóvenes de más edad,” dice Orland.
La comunicación, uno de los retos
Uno de los problemas que detectó Pilar Pascual durante las sesiones de participación “es que a veces las jóvenes desconocen los programas y equipamientos que ya existen”. “Salen propuestas por su parte que ya se están haciendo y eso demuestra las dificultades de comunicación entre la administración y las jóvenes”, añade.
Orland Blasco lo ve de una manera similar. “La comunicación institucional muchas veces no llega a los jóvenes. Hay gente joven que vive a tres minutos de un espacio joven y no ha entrado en su vida”, dice.
Es por eso que transmitirlo mediante influencers, los medios de comunicación y un espacio en línea que recoja todas las propuestas de los jóvenes serán algunas de las medidas presentes en el Plan de Juventud.
Otros procesos, como el espacio joven Camp d’en Grassot
Más allá de la participación en las políticas de juventud, los jóvenes también tienen voz en procesos concretos como el espacio joven de Camp d’en Grassot y Gràcia Nueva, uno de los trece nuevos espacios jóvenes contemplados en el Plan de equipamientos y servicios juveniles 2018-2028, que se diseñarán a partir de las demandas y prioridades de los jóvenes.
En la sesión participativa del último 14 de junio, jóvenes de entidades como el Colectivo de Jóvenes de Camp d’en Grassot o el Esplai Estel apuntaban sobre un papel las prioridades y recursos de las nuevas instalaciones. Después, llegaban a consensos.
De este modo, ambas entidades estuvieron de acuerdo con que un taller de reparación de objetos, una asesoría laboral y administrativa para buscar trabajo y emprender o una consulta psicológica tienen que ser elementos centrales en el nuevo espacio. Y sumaban muchas otras ideas, como un huerto urbano, un centro de formación sexoafectiva con perspectiva de género, clases de idiomas o, y lo consideraban esencial, una sala de estudio.
En aquella sesión participó Pau Albir, un estudiante de música de 25 años que ya está acostumbrado a tener un papel activo en la vida política de la ciudad organizando las fiestas del barrio con el colectivo de jóvenes. Me pareció muy guay la dinámica de grupo, es positivo que nos den libertad para expresarnos y nos pregunten cómo queremos que sea el espacio”, expresa.
Ahora bien, reconoce que esperaba “más presencia de otras entidades” y cree que hay “una falta de comunicación entre las entidades de barrio y la población más joven. Otros miembros de la entidad han venido a algunas reuniones, pero es difícil porque muchos jóvenes no acaban de creer en la participación y también tienen otras prioridades, como acabar la carrera, los trabajos, irse al extranjero…», comenta.
En definitiva, la ciudad que quieren los jóvenes es más verde, cuidadosa con la salud mental, emancipadora y prevé más espacios y participación para ellos. El Plan Joven trata de dar respuesta a partir de la multitud de voces de los jóvenes.