“Hay muchas Barcelonas, y hay que ser creativos al pensar estrategias participativas específicas para cada territorio”

30/09/2021 - 07:24

Distritos. Eva Albaladejo es técnica de la Dirección de Democracia Activa y la referente de los distritos de Les Corts y Sarrià-Sant Gervasi. Hablamos con Albaladejo para entender cómo se activa la participación en cada distrito de la ciudad.

Eva Albaladejo es técnica de la Dirección de Democracia Activa y la referente de los distritos de Les Corts y Sarrià-Sant Gervasi. Al preguntarle por su trabajo, se percibe en todas sus respuestas una firme convicción en la diversidad y el diálogo como elementos para que la gente que vive en Barcelona sienta que forma parte de ella y participe.

¿Qué es lo que la democracia activa añade al concepto tradicional de participación?

Cuando decimos que somos técnicos de democracia activa, la gente a menudo no nos entiende, y por eso lo aclaramos con el concepto de participación, pero vamos más allá. Nuestro objetivo no es solo procurar que la gente participe en las iniciativas impulsadas por el Ayuntamiento, sino fomentar vías diversas y regulares donde poder incidir más allá de votar cada cuatro años.

Desde el Área no solo nos encargamos de proyectos de ciudad, sino que nos distribuimos los diversos distritos entre nosotros para poder tener más vinculación con el territorio. Así, nuestra voluntad es favorecer que haya espacios donde la ciudadanía pueda sentir que existe una incidencia real en la elaboración de las actuaciones que le afectan porque han formado parte del proceso y no solo han recibido los resultados.

Es por eso por por lo que promovemos que haya una mirada global y transversal entre todas las áreas y departamentos de los distritos y con diversidad y representatividad de todos los colectivos y agentes.

Entonces, ¿vuestra figura en los distritos es asesorar?

Sí. Asesoramos, ayudamos y colaboramos en las acciones que impulsan los Distritos. Por ejemplo, en los consejos de barrio, que ya tienen una tradición de hace muchos años, intentamos que haya elementos que aseguren la máxima participación, y por eso durante la pandemia hemos promovido la vía telemática para que nadie quedara fuera. Intentamos facilitar que, aunque pasen cosas, los espacios sigan existiendo y la diversidad esté garantizada.

¿Trabajáis también con los vecinos y las vecinas?

Procuramos estar ahí, aunque esta parte es una tarea más asumida por las técnicas de cada distrito. En cualquier caso, procuramos colaborar y estar presentes para que nos puedan tener de referencia. El hecho es que no solo trabajamos en los distritos, sino que somos un área de ciudad y, en este sentido, también somos la vía para trasladar los proyectos de ciudad al territorio. Por ejemplo, en el caso de los Presupuestos participativos, hemos sido la vía de conexión y coordinación con las diferentes áreas implicadas del Ayuntamiento y de los Distritos.

¿Y con las iniciativas que ya existen en los barrios desde la organización vecinal? 

Tenemos que dar apoyo y acompañar las iniciativas y sinergias vecinales que ya hay en los barrios y promoverlas donde no las haya, y en este punto también hay mucho trabajo en el Área de Acción Comunitaria y en los equipamientos de proximidad. Es realista reconocer que hay muchas Barcelonas, y hay que ser creativos al pensar estrategias específicas para cada territorio. Es la suma de todo el conjunto la que nos encamina hacia la dirección global y transversal que queremos, y la Administración debe facilitar las herramientas.

¿Cuáles son los espacios que promovéis para que la participación ciudadana sea plena?

Por un lado, están los órganos de participación como los consejos de barrio. Son espacios muy arraigados, pero en los que cuesta que participe gente nueva. En este sentido, intentamos establecer herramientas de debate para hacerlos más enriquecedores y facilitar que sean más diversos. Cada distrito es un mundo, y los hay con mucha tradición asociativa, donde las sinergias son más fluidas, pero cada territorio es diferente y hay que tener ingenio.

Por otra parte, están los procesos de participación, que no son tan estables ni están tan establecidos como los órganos, y en estos casos nos encargamos de hacer un trabajo de asesoramiento para saber qué agentes y colectivos se ven afectados y buscamos maneras para trabajar con ellos.

¿Como, por ejemplo?

En Les Corts hicimos un proceso sobre la zona verde de la Colònia Castells para decidir qué criterios debía recoger. Detectamos qué colectivos coexistían y observamos que eran muchos y muy diversos: un centro ocupacional, una escuela para personas con discapacidad, un CAP, un huerto urbano, asociaciones de vecinos… Trabajamos con todo el mundo, los invitamos a unas sesiones de debate donde también había una persona experta que facilitaba las herramientas de reflexión y debate. Al principio había ideas e intereses que chocaban frontalmente y, cuando acabamos, todo el mundo estaba contento porque todo el mundo sentía que tenía su espacio e, incluso, surgieron nuevas sinergias. Por ejemplo, la aceptación del huerto urbano fue mayor que inicialmente. Todo tenía finalmente un sentido y un equilibrio que satisfacía a todo el mundo. Para mí es importantísimo que la gente que vive y usa un espacio pueda decir lo que piensa y tenga la posibilidad de escuchar al resto para llegar a conclusiones de forma comunitaria.

¿Con qué limitaciones os encontráis en este tipo de procesos?

La mayor dificultad es que a veces se considera que la participación es una parte añadida a los procesos. Nosotros defendemos y promovemos que debe ser un enfoque transversal que articule todas las fases de un proceso. Somos conscientes de que a veces hay limitaciones presupuestarias, estructuras aún muy rígidas y tempos que no lo ponen fácil, pero creemos en la importancia de hacer pedagogía para contar cada día con más gente que tenga esta mirada transversal y plural.

¿Puede ser que a menudo estos procesos necesiten ser más visibles?

En Barcelona hay muchas cosas y mucho movimiento constante. Claro está que la comunicación es un elemento imprescindible para explicar estos procesos, pero también somos conscientes de que es muy difícil llegar siempre a todo el mundo. Por eso procuramos buscar a los públicos específicos en cada caso y, si bien es cierto que los Presupuestos participativos interpelaban a toda la ciudad y la visibilidad fue muy grande, estoy segura de que la gente de Sants y otros ciudadanos implicados se enteraron del proceso de remodelación del entorno de Sants Estació porque el principal objetivo es implicar al barrio y a los colectivos implicados en concreto.

¿Cómo ha condicionado la pandemia la promoción de la participación y qué panorama deja?

El contexto que vivimos nos ha abocado a las herramientas digitales y ha constatado que son importantes porque aportan inmediatez, pero es cierto que no todo el mundo tiene acceso a ellas. Por ejemplo, las personas mayores que están asociadas y participan en los órganos más históricos, normalmente no están conectadas a la red. En cambio, la población más joven está mucho más conectada, pero se siente alejada de estos órganos. Es por eso por lo que debemos ir encontrando el equilibrio para acercarnos a unos y a otros. En este sentido, el portal decidim.barcelona está siendo una herramienta que poco a poco se va arraigando y contribuye a ampliar los perfiles que participan. En el caso de los consejos de barrio, por ejemplo, la forma híbrida entre la presencialidad y la vía telemática es una estrategia que seguiremos explorando porque hemos constatado que contribuye a la participación de más gente y más plural.