Los indicadores de quejas y denuncias de la Ordenanza de convivencia ciudadana en el espacio público se ven alterados por las restricciones en la movilidad decretadas para hacer frente a la pandemia de la COVID-19.
El informe de seguimiento presentado hoy recoge los principales indicadores de seguimiento de la Ordenanza de convivencia ciudadana: por una parte, los datos del IRIS, el sistema que gestiona las incidencias, reclamaciones, quejas y sugerencias que los ciudadanos comunican al Ayuntamiento, y, por otra parte, la actividad de la Guardia Urbana.
El número de incidencias y quejas que llegaron al IRIS aumentó un 59,69 % en el 2020, aunque el informe incorpora categorías que no estaban presentes el año anterior, como incidencias con el servicio de Bicing o con vehículos de motor abandonados. De las categorías ya incluidas, destaca el aumento de quejas sobre convivencia vecinal y el descenso de las relacionadas con viviendas de uso turístico.
Con respecto a la actividad de la Guardia Urbana, en el 2020 el número de denuncias por infracción de la ordenanza se redujo prácticamente a la mitad, por la disminución drástica de la presencia de personas en la vía pública por las restricciones en la movilidad del estado de alarma. La Guardia Urbana reorientó su servicio a la ciudadanía con el objetivo de garantizar las medidas de restricción, reforzar la labor asistencial, mantener el civismo y la seguridad en la ciudad y atender las demandas por cuestiones de convivencia.