Se considera un producto industrial “todo bien, artículo u objeto de carácter duradero o fungible que, siendo resultado de un proceso industrial, esté destinado para su venta directa a los consumidores o usuarios o a través de su comercialización en establecimientos minoristas”.

En caso de dudas acerca de su etiquetado, presentación o publicidad, puedes dirigirte a la OMIC. Sin embargo, recuerda estas indicaciones:

• Sigue las advertencias de seguridad y las recomendaciones sobre la instalación, el uso, el mantenimiento, etc.
• Todos los productos deben llevar —o deben permitir obtener de forma cierta y objetiva— una información eficaz, veraz y suficiente sobre las características esenciales.
• No tienen que contener indicaciones, sugerencias o formas de presentación que puedan suponer confusión con otros productos o que generen duda sobre su naturaleza.
• Las inscripciones, los signos, los anagramas o los dibujos que incluyan no tienen que inducir a error o a engaño.
• No se tienen que omitir ni falsear datos si con eso se propicia una imagen falsa del producto.