No hay día en que, por un motivo u otro, no nos pidan nuestros datos personales. Hay veces que es inevitable: cuando contratamos un servicio, en las compras en línea... Pero en muchas otras ocasiones no es necesario facilitarlos. Por este motivo, te recomendamos tener cuidado con a quien facilitas estos datos personales (por ejemplo el nombre, la dirección postal, la dirección electrónica, el teléfono...) y asegurarte de qué uso se quiere hacer de estos para evitar poner en peligro tu privacidad.
Y recuerda que...
- Hace falta tu consentimiento inequívoco y expreso al tratamiento de datos (no son válidas las casillas ya marcadas o el consentimiento tácito).
- Si quieres ejercer tus derechos de acceso, de rectificación, de supresión u olvido, de limitación del tratamiento, de portabilidad de los datos y de oposición, debes dirigirte al responsable del fichero.