10 consejos para evitar el desperdicio alimentario en casa
El estudio ‘Diagnóstico del desperdicio alimentario en los hogares de Cataluña 2024: cuantificación, impacto ambiental y socioeconómico’ del Departamento de Agricultura revela que cada año, en los hogares de Cataluña, se desperdician unos 902 millones de euros en alimentos que no se acaban consumiendo. En total, el mismo estudio calcula que el año pasado se dejaron perder 173.000 toneladas de alimentos, con las cuales, según asegura la Generalitat, se podría alimentar a unas 274.000 personas durante un año.
El desperdicio alimentario, que consiste en tirar alimentos que son aprovechables, es una problemática global que ha adquirido mucha importancia en los últimos años. Desde pequeños, todos hemos oído alguna vez que la comida no se tira, pero los datos demuestran que es un fenómeno preocupante que necesita acción inmediata. A principios de año, entró en vigor una nueva ley contra el desperdicio alimentario, dirigida, sobre todo, a las empresas que intervienen en la cadena alimentaria (supermercados, restaurantes, bares...).
Sin embargo, luchar para reducir el desperdicio de alimentos necesita conciencia y compromiso por parte de toda la sociedad. Más allá de empresas y superficies, ¿qué puedes hacer tú, desde casa, para evitar tirar alimentos? La Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria nos da 10 consejos para aprovechar mejor la comida:
- Planificar las comidas
Hay que tener en cuenta las personas que estaréis en la mesa, así como todo lo que ya tienes en la nevera, en la despensa o en el congelador. Además, a la hora de ir a comprar es muy importante hacer una lista de todo lo que hace falta y aprovechar para comprar productos de temporada. Organizarse con menús saludables también es una buena recomendación.
- Comprobar la caducidad de los alimentos
En casa, comprueba las fechas de caducidad de los alimentos de la nevera y coloca delante aquellos que hay que consumir antes. En el momento de comprar, piensa si podrás comer a tiempo los productos que se deterioran rápidamente.
- Pensar en tu bolsillo
Hay que tener en cuenta que cuando desperdicias comida, estás malgastando tu dinero. Por eso, compra en cantidades adecuadas y evita las ofertas que no se ajusten a tus necesidades, ya que puede que no te lo acabes todo.
- Ajustar la temperatura de la nevera
Es recomendable utilizar un termómetro para adecuar la temperatura de la nevera. Los alimentos, además, necesitan temperaturas diferentes. Los crudos como la carne, el pescado o los huevos deben conservarse entre 1 y 4 °C. La parte central de la nevera debería estar siempre a 4 °C. Comprueba siempre que las puertas y los cajones estén bien cerrados.
- Respetar las indicaciones de conservación de los alimentos
Todos los envases de los alimentos incluyen indicaciones sobre su conservación, tanto para aquellos alimentos que necesitan frío como los que no.
- Hacer una rotación ordenada
Organiza en primera línea de la nevera, el congelador y la despensa los alimentos que hay que consumir primero. Así se evita que se estropeen y tengas que tirarlos.
- Ajustar las raciones
En el plato, sírvete la cantidad que sabes que te vas a comer según el hambre que tengas, y así evitas excesos que se quedarán en el plato. A la hora de cocinar, intenta hacer la cantidad justa para evitar que sobre más de la cuenta.
- Aprovechar las sobras
En caso de que sobre comida, intenta guardarla en táperes o recipientes y aprovecharla más adelante. Con la fruta madura, por ejemplo, se pueden hacer batidos o pasteles. Con las verduras, cremas o sopas.
- Congelar
Puedes congelar la comida sobrante o alimentos con fecha de caducidad próxima (en porciones adecuadas y de forma correcta) si sabes que no los vas a consumir próximamente. Es importante que hayan estado bien conservados antes de ir al congelador.
- Hacer compostaje
Si tienes huerto o jardín, puedes hacer tu propio abono para las plantas, transformando los restos orgánicos, como las pieles de frutas y verduras, en compost, un abono natural útil para la agricultura y la jardinería.
Solo con estos pequeños cambios podéis tener un impacto en la lucha contra el desperdicio alimentario. Reducir el gasto de alimentos en buen estado no es solo una forma de ahorrar, sino también de cuidar el planeta y valorar mucho más lo que tenemos en la mesa. ¡Cada acción cuenta!
