Mercats de Barcelona

El bacalao ha sido, tradicionalmente, un alimento imprescindible durante la Cuaresma. Siete semanas marcadas por la abstinencia y la depuración del cuerpo, en las que el consumo de carne estaba restringido. Esta limitación dio más protagonismo a otros alimentos como las verduras, las hortalizas y, especialmente, el pescado.

¿Sabías que el bacalao es uno de los pescados más típicos de este periodo? Gracias a su conservación en salazón, se mantenía en perfectas condiciones durante largos periodos de tiempo. Esto lo convertía en una opción ideal para aquellos que vivían lejos de la costa, donde conseguir pescado fresco de calidad era complicado. Esta combinación entre su larga conservación y la prohibición de comer carne hizo que el bacalao se convirtiera en un elemento imprescindible de nuestra cocina tradicional.

Para celebrar la época cuaresmal y recuperar una de nuestras tradiciones, el Gremio de Bacaladeros de Cataluña nos muestra una receta deliciosa donde el protagonista principal es el bacalao.

ELABORACIÓN

1. Empezamos preparando la salsa. En un cazo ponemos la nata líquida, las ramitas de romero y la miel, y reducimos hasta que la nata quede a la mitad de su volumen. Debe tener una textura de salsa cremosa.
2. Extendemos bien las pieles de bacalao sobre un papel de horno. Cubrimos con otro papel de horno, presionamos bien y las horneamos a 150 grados durante unos veinte minutos. Cuando salgan del horno, las dejamos enfriar para que adquieran una textura más crujiente.
3. Cortamos las berenjenas en dados y las cocinamos en el horno a 180 grados, con un buen chorro de aceite de oliva y un poco de sal, durante unos 20 minutos. Ahora ponemos los dados de bacalao encima, rociamos nuevamente con aceite de oliva y horneamos 5 minutos más.
4. Servimos el bacalao sobre la berenjena. Cubrimos con la salsa de miel y terminamos con el crujiente de piel de bacalao.