Calidad y trato, las claves para seguir más de sesenta años al pie del cañón
Hoy os presentamos a Eugenio Sanz, carnicero de vocación y presidente del Mercado de las Tres Torres. Eugenio nació en Madrid hace ochenta y ocho años, y cuando tenía catorce, se trasladó a Barcelona, concretamente al barrio de Verdún. En aquella época, comenzó a aprender el oficio de carnicero - profesión que también ejercía su padre-.
En 1958, se puso detrás del mostrador en el Mercado de las Tres Torres. Por aquel entonces, no imaginaba que sesenta y seis años después, todavía seguiría al pie del cañón.
1958 fue precisamente el año en el que se inauguró el mercado. Situado en el barrio de las Tres Torres, se edificó en los terrenos que habían ocupado estudios cinematográficos, y su objetivo era cubrir las necesidades comerciales de una zona residencial acomodada que en aquellos momentos estaba en proceso de expansión. Abrió sus puertas el día 1 de junio con una veintena de puestos.
“Siempre me ha gustado el mundo de la carnicería, lo llevo en las venas”, nos explica Eugenio. Y es que en su establecimiento, ‘Carnes Eugenio’, podremos encontrar deliciosos cortes de ternera, buey y cordero, así como una gran variedad de elaborados, como albóndigas, hamburguesas butifarras o pinchos morunos. ¿Y cuáles son los factores clave para seguir al pie del cañón tantos años después? Eugenio lo tiene claro: la calidad, el trato y el precio competitivo”. “La calidad del producto es lo más importante, y lo tenemos marcado en nuestro ADN. Mantengo a algunos clientes desde hace sesenta años, y si el producto no fuera de una gran calidad, no lo hubiera podido conseguir”.
Cambios en los últimos sesenta años
Eugenio nos cuenta con gran orgullo que su puesto fue el primero en tener una cámara frigorífica. “Antiguamente, los productos se exponían en un mostrador de mármol - conservaba mejor el frío - y también se colgaban con ganchos. ¡Teníamos que hacer filigranas para ofrecer un servicio de calidad! Tanto la conservación en frío como la puesta en marcha de nuevas técnicas como el envasado al vacío permitieron dar un paso al frente y, por ejemplo, ofrecer nuevos productos como los elaborados.
Además de las obras de mejora que se realizaron en el mercado en 2016, el presidente también nos cuenta que ha notado cambios en el perfil del comprador: si bien antiguamente la inmensa mayoría eran mujeres, ahora acuden tanto hombres como mujeres, puesto que todos los miembros de la familia trabajan. Además, en los últimos años se ha hecho notorio el incremento del servicio a domicilio: puede realizarse cómodamente desde casa a través de WhatsApp.
Lleva más de veinticinco años presidendo el mercado, y su labor es “hacer que todo funcione”. Muy bien acompañado por su junta, ponen en marcha diferentes actividades a lo largo del año, como una calçotada con motivo de las fiestas del barrio o actividades por Carnaval o Navidad.
Una profesión vocacional
"Tengo una profesión muy bonita: me motiva mucho venir a trabajar, sobre todo el trato con la gente", nos explica Eugenio. Con ochenta y ocho años, nos confiesa que su trabajo le gusta tanto que le cuesta dejarlo: “soy muy activo, me gusta tener siempre algo que hacer. Venir al mercado es también un evento social, ya que conoces a mucha gente, tanto a compañeros como a la clientela, y es muy gratificante”.
Aunque sus hijos no han querido continuar con el legado, los tres han pasado por el puesto y han podido conocer de primera mano valores como el esfuerzo.
“El trabajo de carnicero es muy sacrificado, requiere muchas horas de trabajo y una buena organización en el ámbito familiar: ¡pero merece la pena!”. Y a Eugenio no sólo le gusta su trabajo, sino que también le encanta explicarlo. Es el vicepresidente del Gremio de Carniceros de Barcelona, entidad que representa y defiende los intereses de estos profesionales. Cuentan con más de 600 establecimientos agremiados, y ofrecen asesoramiento técnico, servicios y cursillos de formación y reciclaje, tanto presencial como online. Entre otros, llevan a cabo acuerdos de colaboración, tramitación de subvenciones, ofrecen los productos necesarios para el oficio, realizan campañas de promoción del consumo de carne…
Eugenio nos explica que una de las claves del éxito del sector de la carne es la formación: fidelizar a la clientela a través de la diferenciación y destacando el valor de nuestro trabajo y productos. Por eso, anima a los jóvenes a formarse y adentrarse en el mundo de los oficios, y en concreto el de la carnicería. De hecho, años atrás así lo hizo con Paquita, quien empezó con él de aprendiz y ahora está al frente del puesto”.
Calidad y trato: sus puntos fuertes
“Te preparamos la carne como más te guste”, nos cuenta Eugenio. "La ternera es una de las que más vendemos, sobre todo el entrecot, el solomillo y la llata - se utiliza para hacer fricandó-", apunta. Si echamos un vistazo rápido a la vitrina, hoy vemos bistecs, filetes de pobre, jarrete, tapa plana, lomo, osobuco…
Y... ¿En casa de herrero, cuchillo de palo? No es así en casa de Eugenio. Nos confiesa que sus platos preferidos son el fricandó, el rabo de toro y algunos platos que se están perdiendo, como el hígado, los riñones en el jerez o las criadillas.
Y aprovechamos la visita para hablar con algunos clientes, como Esther o Josep. Esther nos cuenta que lleva muchos años viviendo en el barrio y siempre viene a comprar a la misma carnicería. Lo que más valora es el trato personalizado, además de la calidad del producto. ¡Hoy se va a casa con el carrito de la compra lleno! Se lleva hamburguesas, albóndigas, jarrete, llata, carne picada, filetes y cabrito.
Por su parte, Josep, vecino de les Tres Torres, nos explica que lleva más de cuarenta años comprando aquí, y hoy se lleva albóndigas y solomillo de ternera. “Compre o no compre, me encanta venir a la plaza, es un hábito adquirido: paseo, me tomo un café… ¡me da vida!”, relata.