Cuidemos las abejas
El Día de las Abejas es una ocasión especial para celebrar la exquisita miel que producen, pero también para recordar su papel clave en el equilibrio del ecosistema. Más allá de su capacidad para producir miel, las abejas son incansables polinizadoras que aseguran la supervivencia de muchas especies de plantas con flores.
Cuando las abejas se mueven de flor en flor en busca de néctar y polen, transportan involuntariamente los granos de polen de una flor a otra, facilitando la fecundación y la formación de nuevos frutos y semillas. De hecho, aproximadamente el 75% de los cultivos de alimentos humanos dependen de cierta forma de la polinización de las abejas y sin ellas, muchas especies vegetales disminuirían drásticamente, poniendo en riesgo la diversidad del ecosistema.
Más allá de su fundamental papel en el ecosistema, las abejas nos permiten gozar de un producto muy valorado, la miel. Un alimento creado a partir del néctar recogido en las flores y que aparte de ser un tesoro gastronómico, aporta múltiples beneficios para la salud gracias a sus propiedades. Entre estas propiedades destaca por ser una fuente rica de antioxidantes, vitaminas y minerales que contribuyen a reforzar el sistema inmunitario y proporcionan energía en nuestro día a día.
La miel es un producto complejo, ya que presenta una gran variedad de sabores y aromas según las flores de donde extraen el néctar las abejas y que afectan de forma directa al producto final.
Para conocer mejor algunas de estas variedades, visitamos la parada La Gana del Mercado de la Libertad, donde encontramos a Lídia, que nos explica qué opciones tenemos disponibles y cuáles son sus características.
Para empezar, podemos optar por la miel de romero, una variedad apreciada por su aroma e intensidad de sabor con un toque amargo. Esta miel es ideal para añadir a platos salados como acompañamiento de quesos fuertes, carnes a la brasa o incluso en adobos para barbacoas. Además de su excelente combinación con platos salados, la miel de romero también es conocida por sus propiedades estimulantes y digestivas.
Otra opción es la miel de castaño, que puede reconocerse por su color oscuro y sabor robusto. Se trata de una miel recogida a partir del néctar de las flores del castaño y su consistencia espesa y textura densa la hacen perfecta para untar en tostadas o para añadir a yogures y postres. También destaca por ser una de las más recomendadas para aliviar los dolores de garganta y calmar la tos.
La miel de tomillo es una variedad que destaca por tener un color ámbar claro y un sabor suave con cierto regusto de hierbas. Si os gustan las infusiones o el té, la miel de tomillo puede ser una gran acompañante. Además, es una variedad que a menudo se utiliza en la elaboración de postres.
Por último, la miel de naranjo es una variedad popular en la cocina de muchos restaurantes por su sabor agradable que tiene un toque refrescante. Al igual que la miel de tomillo es una variante muy utilizada en la repostería. En el ámbito nutritivo destaca por ser rica en vitamina C y cuenta con propiedades antibacterianas y antiinflamatorias.
Todas estas son algunas de las variedades que podéis encontrar en la parada de Lídia. ¡Ahora que las conocéis mejor, es un gran momento para hacer una visita y probar aquellas que se adapten más a tus gustos y necesidades!