Els Mercats et cuiden: “Nuestro objetivo es mejorar la salud de las personas a través de la alimentación”
Roser es una vecina del Eixample "de toda la vida": nació en la calle Rosselló y, desde hace unos años, vive en la calle València. Hace un año, a través de una analítica, le detectaron colesterol y le preguntó a su médica de cabecera si era posible que la derivara a una nutricionista. Aunque le explicó que era un proceso complicado, le habló de unas actividades grupales dirigidas a mejorar la alimentación. Sin dudarlo, Roser decidió apuntarse, y allí conoció a "una chica fantástica".
Esa chica fantástica es Marina, Marina Garcia, enfermera y dietista-nutricionista del CAP Casanova. Nos cuenta que, a raíz de la COVID-19, se detectó la necesidad de fortalecer la atención primaria en Cataluña, y por ello surgieron nuevos roles profesionales en los centros de salud relacionados con áreas como la fisioterapia, la psicología, la dietética y la nutrición.
El Mercat del Ninot, un activo de salud del barrio
Marina detalla que el profesional de salud de referencia –ya sea médico, médica, enfermero o enfermera– es quien se encarga de ofrecer el recurso de nutrición a la ciudadanía. Desde el CAPBSE (Consorcio de Atención Primaria de Salud del Eixample) se organizan diferentes actividades para acercar a la población a un estilo de vida saludable: algunas dirigidas a un público general, en formato de taller –con un principio y un fin–, y otras actividades grupales orientadas a un perfil más concreto. Algunas de estas actividades grupales se estructuran en sesiones teóricas y prácticas para aprender sobre hábitos alimentarios, la mejor forma de alimentarse, mejorar el sueño, la importancia del ejercicio físico...
"Para mí, el mercado es el mejor altavoz y escenario para hablar de alimentación saludable. Así que me reuní con el Mercado del Ninot, un activo de salud del barrio, para explicarles que nos gustaría acercar a personas usuarias del CAP a sus instalaciones –sala polivalente y Aula de Cocina– para realizar actividades grupales, charlas, talleres... Y enseguida nos pusieron todas las facilidades del mundo. Con proyectos como este, la atención primaria sale del CAP, lo que nos permite hablar sobre alimentación de forma práctica y relacionada con el día a día, además de establecer una relación más cercana con los usuarios", explica Marina.
Eduard Escofet, presidente del Mercado del Ninot, se muestra muy satisfecho con esta colaboración "tan natural", porque "somos el pilar de la alimentación en el barrio". "El mercado es un espacio polivalente donde no solo se compra, sino que es una especie de centro cívico y acogemos y organizamos cursos, talleres de cocina, exposiciones... El mercado es un espacio de socialización y aprendizaje", añade.
"¡En el Ninot somos campeones del producto fresco!", expresa contento el presidente. Y es que, en el Ninot, los vecinos encontrarán carne, pescado, huevos, frutos secos, frutas y verduras… de temporada y proximidad. En esta línea, Marina destaca que el mercado aporta valor a las actividades grupales, ya que "tenemos la opción de hacer los talleres de la mano de los comerciantes, que son verdaderos profesionales y especialistas, y con producto local al alcance de nuestra mano. Todo esto nos da mucha fuerza a la hora de transmitir nuestro mensaje: apostar por hábitos más saludables y, al mismo tiempo, ser más sostenibles, con menos plásticos y productos que vienen de muy cerca".
Intervenciones grupales intensivas: minimizar riesgos a través de la alimentación
Desde hace unos años, el Ninot acoge algunas de estas actividades, como las intervenciones grupales intensivas. Durante tres meses, se realizan sesiones semanales de unos noventa minutos de duración. Aunque son intervenciones grupales con una docena de participantes, Marina conoce bien la individualidad de cada persona.
Para participar en estos grupos, es necesario cumplir ciertos criterios de inclusión, como tener alguna patología específica que requiera atención mediante la alimentación para minimizar riesgos. Además, se exige compromiso.
Marina se muestra satisfecha: “Tenemos mucha adherencia al grupo y, al final, el objetivo de los grupos terapéuticos es que las personas asistan al mayor número de sesiones posible y que adopten hábitos tanto alimentarios como de vida para mejorar su salud”.
La sesión de hoy, por ejemplo, se centra en la lectura e interpretación de etiquetas. “¿Qué mejor escenario que un mercado para llevar a cabo este ejercicio?”, dice Marina. “Aquí, las personas no tienen tantas etiquetas para leer, y por eso siempre les recuerdo: más mercado y menos supermercado, porque más fresco y menos procesado significa más saludable”.
En la sesión, Marina explica que las etiquetas, además de la denominación, alérgenos, procedencia y caducidad, contienen los ingredientes (por orden, de mayor a menor porcentaje) y la información nutricional. Esta detalla el valor energético, expresado en kilocalorías (kcal), y la cantidad de los principales nutrientes (grasas, grasas saturadas, hidratos de carbono, azúcares, proteínas y sal, expresada en gramos). “A los participantes les proporcionamos información veraz, con rigor científico y basada en la evidencia, para que puedan tomar decisiones informadas. Nunca les decimos qué deben o no deben hacer, no prohibimos nada… Ellos deciden hasta qué punto quieren hacer pequeños cambios. Trabajamos en capacitar a las personas para que tomen decisiones libres, pero informadas”.
Pequeños cambios de hábitos para comer mejor
Hace unos meses, Roser participó en esta sesión, y nos cuenta que ahora ya es una experta en leer etiquetas. “Al principio, cuando iba al supermercado, pensaba que perdía el tiempo leyéndolas, analizando detenidamente todos los ingredientes… pero me di cuenta de que fue una inversión, porque ahora sé qué productos son de calidad y cuáles no. Por ejemplo, si quiero queso rallado, no es tan simple como coger el primero: hay que detenerse y leer todo, porque en la mayoría de los casos, el queso no es queso. En el mercado no tengo ese problema, no hay tantas etiquetas, y sé que los productos frescos vienen del árbol, del mar o de la tierra”, comenta.
"Lo más importante del grupo de nutrición es empezar con pequeños cambios de hábitos. Por ejemplo, antes desayunaba siempre un bocadillo de pan blanco con embutido, un refresco y un café con leche. Ahora he sustituido el pan blanco por integral, el embutido por queso fresco y aguacate, he eliminado el refresco y he añadido fruta. Eso sí, ¡el café no me lo quita nadie! Otro aprendizaje esencial ha sido la composición equilibrada del plato, siguiendo el método Harvard: mitad del plato vegetales, un cuarto proteínas y un cuarto carbohidratos”.
Roser confiesa que está “encantada” con estos talleres: “Soy una persona muy curiosa, me gusta aprender, descubrir cosas nuevas y conocer a otras personas. Estoy muy contenta porque no solo he bajado de peso, sino que he aprendido a comer mejor”.
Se trata de adquirir nuevos hábitos. Marina explica que, un año después de la intervención intensiva, se realiza un encuentro grupal en el mercado para hacer seguimiento, resolver dudas, identificar qué ha costado más, qué se ha logrado mantener y cuáles de esos cambios de hábitos ya no son un cambio, sino una realidad.
"Es posible mejorar la salud con pequeños cambios en la alimentación. Por ejemplo, consumir más frutas y hortalizas, legumbres y frutos secos, beber más agua, cambiar a cereales integrales y reducir el consumo de ultraprocesados, sal y azúcares".
Marina añade que desde el CAPBSE se impulsan otras iniciativas como el Aula de Alimentación Saludable y Sostenible, dirigida a la población joven, muchas veces desvinculada de su CAP, para despertar la autocuidados y la capacidad de hacer pequeños cambios hacia una mejor alimentación. También trabajan con la Escuela de Salud de la Gente Mayor de la Esquerra del Eixample, en colaboración con la Agencia de Salud Pública de Barcelona, un programa que busca combatir la soledad no deseada en la población frágil. “Una de las actividades que hacemos con ellos es un recorrido por los distintos puestos del Mercado del Ninot. Les explicamos particularidades sobre legumbres, huevos, pescado, frutas y verduras, hablamos de los productores locales… y hacemos una pequeña degustación de los alimentos tratados”.
"Uno de nuestros encargos como dietistas-nutricionistas es participar activamente en las actividades comunitarias que se desarrollan en el barrio. Como profesional, es un placer salir del CAP y desplazarse al Mercado del Ninot, un escenario perfecto para hablar de alimentación saludable y que nos permite tener una relación más cercana con las personas usuarias”, concluye Marina.