El proyecto de remodelación y modernización del Mercado de Sant Antoni se adjudicó en concurso público al Taller de Arquitectos Ravetllat-Ribas el 19 de diciembre de 2007.
Iniciativa del IMMB de acuerdo con los comerciantes, que aprobaron la reforma en asamblea, en la que el 95 % de los tenderos votó a favor, el 10 de octubre de 2009 los comerciantes se trasladaron a un mercado provisional, desde el que continúan su actividad comercial.
Lo que pretende la propuesta de Ravetllat-Ribas es potenciar las características peculiares del edificio existente mediante una reordenación de la distribución, dotándolo de nuevos servicios para comerciantes y clientes a la altura del siglo XXI y haciéndolo mucho más accesible.
Actuaciones principales:
- La rehabilitación integral del edificio tuvo en cuenta el carácter monumental e histórico; se restauraron los elementos (tanto estructurales como de cierre), y se volvió, como en el caso de la cubierta, a los materiales originales (cerámica vidriada).
- Se mantuvieron las ocho entradas actuales, pero se hicieron visibles desde la calle, a la vez que se derribó el muro exterior actual, lo que convirtió los cuatro patios interiores en plazas de uso público.
- Se previó la excavación de tres niveles, que permitirían dotar de comercios y servicios al nuevo equipamiento modernizado. En la planta -1 hay un vestíbulo central que actúa de distribuidor hacia los locales comerciales, y en las plantas -2 y -3 se crea un aparcamiento para el público, de más de trescientas plazas, y almacenes para los comerciantes.
- Bajo el emplazamiento actual del Mercado de Sant Antoni se encuentran algunos restos arqueológicos pertenecientes a la muralla medieval de la ciudad de Barcelona. La modernización del mercado permitirá excavar, identificar y catalogar, si procede, estos restos del Baluarte de Sant Antoni, construido durante el siglo XVII. En caso de que los hallazgos sean de relieve, existe la posibilidad de que se cree un centro de interpretación arqueológica que permitiría visitarlas, como en el caso de Santa Caterina.
Además, el proyecto previó una serie de actuaciones comerciales que exigían modernizar totalmente el interior del mercado, con puestos nuevos, pero manteniendo la ubicación del mercado de alimentos frescos en la misma área donde se encontraba antes de las obras.
Uno de los cambios más destacados afecta a los comercios del Mercado de los Encants, que han dejado de ser exteriores y se sitúan dentro del edificio actual, siguiendo el perímetro del mercado como un pasillo de venta. Esto integra la oferta del mercado y se eliminan todas las operaciones logísticas de montaje y desmontaje de puestos y de movimiento de mercancías.
Con respecto al Dominical del Libro, se mantiene en la misma área.