Las obras, que respetaron la fachada, en la que solo se sustituyeron las láminas de madera de los cerramientos por los vidrios que se pueden contemplar actualmente, se llevaron a cabo entre 1994 y 1995. Sirvieron para dotar al equipamiento de una serie de infraestructuras. Así se construyeron dos plantas subterráneas, para situar el almacén, la carga y descarga, el servicio de recogida y reciclaje de residuos y un aparcamiento.
Con respecto al interior del mercado, la remodelación representó un cambio total, con la instalación de pavimento nuevo, servicio de alcantarillado, nuevas instalaciones de electricidad y alumbrado, puertas automáticas y paredes nuevas y amplias.