Sardinas de la abuela Pepita
Ingredientes (para 4 personas)
- 750 g de sardinas (sin cabeza ni tripas)
- 3 patatas (Kennebec o Monalisa)
- 4 cebollas
- 3 pimientos verdes
- 5 ajos
- 5 tomates de pera maduros
- 1 cucharada de vinagre de Jerez
- Vino blanco seco
- 2 hojas de laurel
- 3 cucharadas de orégano, 1 de pimentón dulce, ¼ de Ras el Hanout y ¾ de comino
- Aceite de oliva virgen extra, sal y pimienta
Aunque el verano empieza a despedirse, todavía podemos disfrutar de uno de sus sabores más típicos: la sardina. En septiembre, este pescado azul sigue siendo protagonista en los mercados y en las mesas, con su sabor intenso y su textura jugosa que nos evocan las cenas al aire libre y las últimas noches largas de la temporada.
La sardina es una especie migratoria del Mediterráneo que recorre largas distancias y acumula reservas de grasa, lo que las hace especialmente nutritivas. Son una excelente fuente de proteínas y grasas saludables, con un alto contenido en vitaminas A, D y del grupo B, además de minerales esenciales como el calcio y el hierro. Pero, sobre todo, destacan por los ácidos grasos omega-3, unos grandes aliados para el corazón y el cerebro.
En los mercados las encontraréis hasta octubre, y es en esta época cuando están más sabrosas. Para comprobar que son bien frescas, fijaos en que mantengan su forma curvada, que sean firmes al tacto y que los ojos sean brillantes y no hundidos.
Hoy os traemos una receta deliciosa extraída del libro Temps de Mercats Vol. 3: las sardinas de la abuela Pepita.
Elaboración
- Preparad y cortad las verduras: la cebolla en juliana, el pimiento en dados grandes, las patatas en rodajas y los tomates pelados y troceados.
- Majad las especias en el mortero con los ajos, el vinagre, la sal y la pimienta.
- En una cazuela (idealmente de barro), sofreíd la cebolla hasta que esté transparente, regadla con un poco de vino y añadid el pimiento.
- Incorporad el tomate y el laurel, tapad y dejad cocer a fuego moderado hasta que el tomate se reduzca.
- Repartid las patatas por encima y añadid la picada del mortero (reservad una cucharada para el final). Salpimentad y dejad cocer tapado hasta que las patatas estén tiernas. Si hace falta, añadid agua.
- Finalmente, colocad las sardinas encima de las patatas, salpimentadlas y añadid la picada reservada. Tapad y dejad cocer un par de minutos más.
Un truco: hay quien dice que, si se corta la cola de la sardina, hace mucho menos olor al cocerse. ¡Probadlo y… buen provecho!
