Una mirada a las tradiciones gastronómicas de la Semana Santa
La Semana Santa es una época arraigada en la tradición cultural y religiosa, que conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, según la tradición cristiana. Se inicia con el Domingo de Ramos y culmina con el Domingo de Pascua y, durante este período las mesas se llenan de productos típicos de esta época.
De hecho, uno de los protagonistas indiscutibles es el bacalao. ¿Te has preguntado alguna vez por qué se popularizó? La respuesta es sencilla, y es que durante la Cuaresma no se permitía comer carne y era un periodo de austeridad. Antiguamente, el bacalao era el producto más económico, y uno de los pocos pescados que llegaban en buenas condiciones desde el mar del Norte, en salazón o seco.
Uno de los platos clásicos más destacado es el bacalao al horno con patatas y cebolla. Para prepararlo, se alternan capas de bacalao desalado con rodajas de patatas y cebolla en una bandeja de horno. A continuación, se adoba con aceite de oliva, ajos y hierbas, y se cocina hasta conseguir una textura dorada y crujiente por fuera, mientras que por dentro se mantiene suave y tierna.
Otra forma popular de cocinar el bacalao es 'a la llauna'. Su preparación es sencilla: el bacalao se cuece en una lata con tomates, pimientos, cebolla y otras verduras, acompañado de una base de patatas.
Además del bacalao, otros productos tradicionales de la Semana Santa incluyen las verduras, las legumbres, las cocas y los dulces. En Cataluña, por ejemplo, es conocida la “coca de recapte”, una coca salada rellena con verduras como cebolla, pimiento, tomate y otras hortalizas, a los que a menudo se añaden ingredientes como sardinas o trozos de butifarra.
Y durante este período, no pueden faltar los famosos buñuelos de Cuaresma, que se preparan tradicionalmente los miércoles y viernes durante la Cuaresma. Estos buñuelos dulces, elaborados con ingredientes como harina, huevos, leche, levadura, azúcar y una pizca de sal, se hacen fritos y se pueden rellenar con crema. Generalmente, se consumen como postre, ¡pero seguro que serán bienvenidos en cualquier momento del día!
La Semana Santa culmina con el Domingo de Pascua, un día que los niños esperan con gran expectación, especialmente por la llegada de la mona de Pascua. Históricamente, la mona de Pascua era un regalo que los padrinos hacían a sus ahijados y ahijadas como símbolo de la finalización del período de ayuno y abstinencia de la Cuaresma. Esta práctica reflejaba la tradición de celebrar la Pascua como época de renovación y alegría después del período de sacrificio y reflexión. Tradicionalmente, esta mona era una tarta decorada con huevos. Pero, ¿sabías que el número de huevos solía indicar los años que tenía el niño o la niña?
Las monas de Pascua tradicionales se preparan con ingredientes como harina, huevos, azúcar y levadura. ¿El resultado? ¡Una masa suave y esponjosa! Lo que realmente distingue a cada mona es su decoración única.
¡Durante la Semana Santa, podréis encontrar todo lo que necesitáis en los mercados! Hay que recordar que los mercados de Barcelona permanecerán cerrados el 29 de marzo y el 1 de abril. Podéis consultar todos los cambios de horario habituales aquí.