El primer mercado cubierto de Barcelona luce, gracias a su remodelación, una cubierta que ya se ha convertido en todo un icono de la ciudad.
En el lugar que hoy ocupa el mercado había habido la iglesia y el convento de Santa Caterina, de la orden dominicana o de los predicadores. Acabada en 1268, fue la primera iglesia gótica de la ciudad y una pieza destacada de un conjunto conventual donde también lucían el exquisito claustro del siglo XIV, una rica biblioteca y un campanario de 40 metros de altura con un agudo pináculo terminal que lo distinguía de los otros campanarios de Barcelona. San Ramon de Penyafort fue un ilustre habitante de aquel lugar y, durante unos años, también se celebraron las reuniones del Consell de Cent.
El convento y la iglesia de Santa Caterina fueron destruidos durante la quema de conventos del 25 de julio de 1835, y la municipalidad aprovechó el espacio que había dejado libre para construir un mercado. Las obras se iniciaron en 1844, después de que un real decreto concediera al Ayuntamiento de Barcelona los antiguos terrenos eclesiásticos para su edificación, estipulando que debía llevar el nombre de plaza-mercado de Isabel II. No obstante, la tradición popular ignoró la orden real y ha persistido en denominar el mercado con el nombre del convento y la iglesia.
A pesar de las tribulaciones que afrontaban la municipalidad de Barcelona y el representante local de la monarquía, el mercado empezó a funcionar de manera provisional. En 1848 tuvo lugar la inauguración de la cubierta de hierro y el cierre perimetral, hecho que lo convirtió en el primer mercado cubierto de la ciudad.
En el siglo XX, durante la posguerra, Santa Caterina fue centro de abastecimiento de la población de los pueblos y ciudades de los alrededores: Sant Adrià, Badalona, Santa Coloma, El Masnou o Mataró, entre otros.
El mercado, que tenía que inaugurarse en enero del 2001, reabrió en mayo del 2005 a causa del descubrimiento de los restos arqueológicos de la iglesia y el convento de Santa Caterina. A raíz de su remodelación, luce una emblemática cubierta, fruto del proyecto de Enric Miralles, que lo ha convertido en uno de los iconos de la ciudad.
Arquitectura
El proyecto original se encargó al arquitecto Josep Mas Vila, que presentó una ambiciosa propuesta que no salió bien a causa de la falta de terrenos. De la antigua construcción solo se conservan los porches de la fachada original, ya que la parte central se derribó durante la remodelación de acuerdo con el proyecto de Enric Miralles y Benedetta Tagliablue.
Escogido en el concurso para la remodelación del mercado de abril de 1997, el proyecto de Miralles, dirigido por Igor Peraza Curiel, tiene como elemento más emblemático la cubierta.
Está soportada por tres grandes arcos metálicos que cubren en sentido transversal el espacio principal y que descansan sobre dos vigas de hormigón, soportadas, a su vez, por dos pilares que siguen en los niveles inferiores del aparcamiento. Su geometría exterior se consigue mediante unos 120 arcos de madera colocados en forma de “V” que se apoyan directamente sobre 6 vigas metálicas.
Está rematada por 325.000 piezas de arenisca esmaltada de 67 colores diferentes, que forman un colorido mosaico de resonancias de Gaudí, obra de Toni Cumella. Además, está ligeramente inclinada hacia la avenida de Francesc Cambó, para que el agua de la lluvia desagüe en ese sentido. Entre la cubierta y la fachada hay unos paneles de madera que permiten el paso del aire y facilitan la ventilación natural del mercado.
Situados delante de la fachada que da a la avenida de Cambó pueden verse el cierre porticado original, los pilares característicos en forma de árbol y la cubierta de formas onduladas. Los restos visibles de lo que fue el ábside de la iglesia de Santa Caterina están situados en la esquina que forman las calles de Colomines y de Giralt el Pellicer.
Año de construcción: 1848
Tipo de edificio: aislado
Superficie: 3.781 m²
Remodelaciones: remodelado en el 2001
Ubicación: av. Francesc Cambó, 16